Un redoble de tambor de uno de los soldados de Flandes indica que la obra va a comenzar.
Tras unos minutos de incidites a causa de la lluvia, comienza la obra.
Salen a escena las gentes de Guadalajara que celebran el carnaval, marco para la primera escena.
Desde el primer momento, con Don Juan y Luis Mejía en escena, se crea un inexplicable magnetismo entre publico y actores.
Desde Santa María, a la fachada del Palacio de Cotilla, luego al convento de la Piedad donde Doña Inés está enclaustrada, para encontrarse después con el diablo a las puertas del cielo, en la mitica escena del sofá, ya en el patio de los Leones del infantado, con mas de seiscientos espectadores y ninguna luna brillando mas clara.
Josepe Suárez de Puga volvió a ser



Cayó el telón con el calusoso aplauso del público, mientras que la familia del Tenorio, soplaba las velas del cumpleaños con la foto de recuerdo.
Ahora este Don Juan burlón, mujeriego y canallesco goza de la etiqueta de Fiestas de Interés Turístico regional.
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